Pueblos Indígenas en Aislamiento

Son aquellos pueblos o parte de estos que han optado por no establecer relaciones con el resto de la sociedad por motivos de seguridad, en vista que han sobrevivido a experiencias traumáticas como epidemias esclavitud y matanzas durante la época de la explotación del caucho en la Amazonía.

Los pueblos aislados viven en bosques tropicales y/o zonas de difícil acceso no transitadas, lugares que muy a menudo cuentan con grandes recursos naturales. Para estos pueblos el aislamiento no ha sido una opción voluntaria sino una estrategia de supervivencia.

También podemos contar a aquellos pueblos que están en contacto inicial con la población mayoritaria. Los pueblos en contacto inicial son pueblos que previamente permanecían “en aislamiento” y que bien forzados por agentes externos, por decisión del grupo o por factores de otro tipo, entran en contacto con la población mayoritaria. Recorren grandes territorios como el Parque Nacional del Manu, la Reserva Territorial Madre de Dios, el Parque Nacional Alto Purús y también estarían en el Parque Nacional Bahuaja Sonene al haberse encontrado algunas evidencias de su presencia haciendo uso y aprovechamiento de territorios extensos para la caza y recolección de diversos productos del bosque. Algunos practican la agricultura. Son conocidos por bajar a las playas en temporada de verano (época seca o disminución de la cantidad de agua de los ríos) para alimentarse de huevos de taricaya. Durante la temporada de invierno (época de lluvias) suelen mirar a las cabeceras de los ríos siguiendo el comportamiento de los animales de caza que se encuentran en estas zonas durante esa época. Son varias las amenazas que sufren estos pueblos y que ponen a prueba su supervivencia. Allí están las actividades forestales, mineras, agrícolas y ahora hidrocarburíferas promovidas por el propio Estado peruano. También hay grupos de religiosos, científicos y hasta aventureros que intentan contactarlos a la fuerza, poniendo en riesgo su existencia. No hay que olvidar que el sistema inmunológico de los aislados no está preparado para afrontar el contagio de enfermedades como una simple gripe.

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