La historia de un matisguenka: Veintidós años sin partida de nacimiento

Su mundo cambió cuando tenía tan solo siete años. Bajó a la comunidad nativa de Yomibato dentro del Parque Nacional del Manu, le gustó y ya no quiso regresar a su hogar en las cabeceras del río Sotileja donde habitan indígenas en contacto inicial.

Julio Mambiro Sani de 22 años hace un mes vino a Puerto Maldonado para tramitar su partida de nacimiento y luego su DNI. Entiende y habla el español, pero mejor se comunica en matsiguenka. Nos cuenta su historia a través de la dirigente de FENAMAD, María Elena Chinchiquiti que nos sirve de traductora.

Su hermano mayor fue el primero en visitar Yomibato. El siguiente verano lo hizo él. Sus padres y dos hermanas aún viven en Sotileja, afluente del río Manu y de vez en cuando van a Yomibato.

Estudió hasta el 3er. Grado de primaria. No continuó sus estudios, porque en las comunidades no se les obliga. Ellos tienen largos periodos en los que se internan en la selva para realizar sus actividades ancestrales como caza o pesca.

En su lengua ancestral su madre se llama Tyagaoki y su padre Jarakyokyoni. En español Virginia y Abrano.

María Elena Chinchiquiti afirma que su padre, el profesor Benito Chinchiquiti durante años fue el registrador de la comunidad de Yomibato, así que cuando se presentaba un indígena en contacto inicial el profesor le preguntaba sobre su parentela e investigando les ponía los apellidos.

Así Julio pasó a apellidarse Mambiro Sani y tiene varios parientes con el mismo apellido en la comunidad.

El joven de sonrisa fácil e inocente, espera tener pronto los documentos que lo identifiquen como ciudadano peruano,  trabajar, juntar dinero y regresar a su comunidad donde podrá laborar como motorista o tripulante para alguna empresa turística. Aunque no será tan fácil.

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